martes, 16 de febrero de 2010

Estoy a la espera

de todos los que, como yo, quieran crear o recrear sus mundos a través de la palabra.
Soy Isabel, coordinaré este grupo de escritores.

Una vez redacté esto que sigue y que cuadra muy bien en este momento:
SINDROME DEL PAPEL EN BLANCO
Es una constante que aquellos que se ponen a escribir por su propia voluntad y, aún con placer por hacerlo, sientan esa desorientación ( cuando no, vacío) ante el papel en blanco, pluma en mano o teclado mediante.
¡ Ni qué hablar de los pobres que se ven obligados a escribir! ¿ Recuerdas aquellos títulos del ayer como “ La vaca”, “ Un día de campo” o el característico “ Mis vacaciones”? Yo, sí. Alguno que otro compañero no paraba de escribir, mientras que la mayoría divagaba, más que por la creación, por el hastío y la desesperación de la NOTA, por ideas tales como“ La vaca es un noble animal que nos da la leche...”
No había motivación, pero algo se escribía.

Los talleres son el reino del Disparador, son el lugar en donde la imaginación, ante la sabia e ingeniosa sugerencia del coordinador, despliega sus alas y sale a volar por su propio cielo, A CREAR.
Esa función del que conduce el taller es la clave. Pero, estimado buscador de un Taller Literario, invoca a tus musas para elegir a quien te conducirá hasta esos cielos de la inspiración que llevas dentro de ti. Pide que sea creativo, que respete tu gusto, que tenga muy buen humor y QUE SEPA CORREGIRTE, cuando lo necesites. Líbrate de un complaciente a quien todo lo que produzcas le parezca hermoso, siempre; en ese caso no aprenderás nada.
Si después de un tiempo de permanencia en un Taller, te sigue angustiando el papel en blanco, busca otros caminos. Allí nunca desplegarás tus alas.

Si alguna vez te sucede esto en mi taller, parte hacia otros horizontes. NO ME PERMITAS DETENERTE, a pesar de que yo insista.

Con humor y afecto
Isabel Santone

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